El objetivo de la descarbonización es eliminar las emisiones de carbono a la atmosfera mediante la eliminación del consumo de combustibles fósiles. La energía generada con combustibles fósiles tiene por tanto un impacto negativo en la salud de las personas y de los ecosistemas.
La descarbonización del planeta es uno de los objetivos propuestos entre un gran número de países de todo el mundo de cara al año 2050. Para conseguirlo, se está promoviendo el uso de un elemento químico ampliamente conocido por todos, el hidrógeno. Este sector energético se presenta como una de las claves para reducir los graves problemas que se derivan de los combustibles fósiles.
Hoy día, necesitamos cada vez más potencia eléctrica para funcionar. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que la demanda energética global irá creciendo entre un 25 y un 30% hasta el 2040. En economías dependientes del carbón y el petróleo, esto es una mala noticia porque implicaría más emisiones de CO2 y un empeoramiento de la calidad del aire. Sin embargo, el uso de fuentes de energías limpias para abordar el crecimiento previsto propone un mundo distinto, mucho más eficiente y sostenible para 2050.
¿Qué es el hidrógeno verde?
El hidrógeno (H2) es considerado como una de las energías más prometedoras para el futuro debido a que su combustión no resulta contaminante. El hidrógeno verde se obtiene a través de la electrólisis del agua y durante el proceso se libera energía.
Pero en la actualidad no todo el hidrógeno que se produce es hidrógeno verde. Según la AIE, se conseguirían ahorros de 830 millones de toneladas anuales en emisiones de CO2, hidrógeno que se produce si se hiciese con energía renovable. Igualmente, sustituir todo el hidrógeno gris en el mundo significaría 3.000 TWh renovables sumado al año, muy similar a la demanda eléctrica actual en Europa.
Pero pese a los grandes beneficios que este elemento conlleva como la facilidad de transportarlo, la gran versatilidad que ofrece, el fácil almacenaje y la no contaminación, existen también algunos interrogantes sobre la viabilidad del hidrógeno verde por su elevado coste de fabricación.

España y el hidrógeno verde
El hidrógeno verde empieza a acelerarse. La crisis que actualmente estamos viviendo, crisis del Covid-19, ha estimulado la transición más acelerada hacia una economía descarbonizada, y el hidrógeno renovable emerge como uno de los acompañantes favoritos de las energías renovables.
La Comisión Europea y el Gobierno español han lanzado durante los últimos meses sus hojas de ruta para la descarbonización del trasporte y la industria utilizando el hidrógeno.
España prevé una inversión pública y privada de 8.900 millones de euros en la próxima década en este combustible y las tecnologías relacionadas. El objetivo es poder alcanzar una capacidad instalada de electrolizadores de 4.000 megavatios y un 25% del consumo industrial de procedencia renovable. Además de 150 autobuses, 5.000 vehículos ligeros y pesados, y 2 líneas de trenes comerciales impulsadas con hidrógeno verde y un mínimo de 100 estaciones de hidrogeno.
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